Braaap.

Braaaapp.

¡Braaaaaaapppppp!

La última vez que fuimos de campamento ese sonido resonó mucho. Fue algo muy curioso que tuviéramos eructos, y muchos porque, en circunstancias normales, mis hijos son razonablemente bien educados. Saben decir perdón cuando eructan y tratar de no sonar como una vaca gigante al eructar, pero hay momentos en que olvidan sus modales. Los sonidos son demasiado divertidos para resistirse y estoy seguro de que la ventaja adicional de hacer que mamá se asuste también es una ventaja adicional.

Pero lo que fue diferente esta vez es que papá no se inmutó ante los sonidos desagradables que brotaban de su descendencia. 1, 2, 3 veces eructaba y nada. Sin miradas, sin reprimendas, sin nada. Finalmente tuve suficiente y les pedí que se detuvieran.

Las protestas fueron rápidas y furiosas:
"¡PERO MAMA! ¡Papá dijo que estaba bien eructar fuerte cuando estamos acampando!”

¿Qué?

¿Desde cuando?

Lo miré. Me miró tratando de no sonreír. Luego se echó a reír y admitió que les había dicho que las reglas podían relajarse cada vez que acampábamos.

Suspiro.

Supongo que puedo vivir con eso, ya que ciertamente supera a los pedos faciales.

Sí cara pedos.

apestoso

Comenzó bastante inocentemente un día cuando estaba ayudando a uno de los niños a secarse con la toalla después del baño. Me incliné detrás de mi hija en el instante exacto en que se tiró un pedo. No es un pitido corto, un vapor suave o un 'pfft' rápido. No, fue un graznido largo, fuerte, decididamente impropio de una dama, de proporciones épicas.

Puaj. ¡Hablando de estar en el lugar equivocado en el momento adecuado! Al menos ella no apestaba...

Alternando entre la risa y la ira, grité: "¿¡Por qué te tiraste un pedo en mi cara!?!" momento en el que soltó una carcajada “PEDO EN LA CARA DE MAMÁ” y salió corriendo del baño para contarle a su papá y hermano sobre mi desgracia.

Ahh Niños... Ellos hacen los sonidos más malditos...